Tienes la boca del estómago cerrada. Hace horas que deberías haber partido hacia tu destino. Te esperan, pero un montón de inconvenientes azotan tu viaje y se atrasa una y otra vez, igual que tu paciencia, que parece que no piensa dignarse en aparecer.
Estás en un aeropuerto a miles de quilómetros de casa, a unos cientos, en el fondo, de gente que te aprecia y quiere, pero no hay autobuses, no conoces los trenes y el avión se sale de tu presupuesto.
Llevas horas sintiéndote sola, desamparada, pese a que tienes al menos a cuatro personas llamándote telepáticamente...pero no tienes cobertura ni para eso. Parece que nada va a salir bien y te colapsas. Madrid y Barcelona quedan muy lejos aunque eres una chica que conoce Centro América como la palma de su mano. Otro mundo distinto, grande y feroz está azotándote con su indiferencia y debes sentirte pequeñita, angustiada y desubicada. Ojalá y me llames pronto y calmes mi boca del estómago también. Ojalá pueda verte en unas horas y darte ese abrazo que tanto siento que necesitas/amos.
Hoy tu Nicaragua debe tener sabor a nostalgia... No sabes lo que daría por restar kilómetros al mapa...