31 de agosto de 2011

Lágrimas de paz

Me contaron que ya no lo tendrás a tu lado. No sabía de tu relación con él, tampoco de dónde, cómo ni cuándo de su fallecimiento pero sí sabía que debía llamarte. Una hora de reloj a tu lado, a 11.000 km de distancia, escuchando tu historia con él, tu relación y tu amor por él. 

Tu admiración es de esas que solo se pueden sentir por los abuelos, esa clase de admiración que llena el alma de por vida y permite tener una imagen a la cual querer parecerse. Una ilusión por ser mejor y un horizonte claro cada vez que nos desviamos del camino, cuando la oscuridad o los malos momentos nos abordan, siempre podremos buscar ese recuerdo, esa persona, esa luz y seguir alumbrando el camino. 

Fueron pocos los momentos que pasamos juntos físicamente, pero intensos. Tuve la suerte de poder verte por dentro y el acierto de saber estar en esos días que tu necesitaste hablar o reír sin más finalidad que vivir, igual que yo, igual que tu supiste estar para mí. 

Hablamos hace unas decenas de días y he vuelto a escucharte hoy. Amigo mío, has crecido tanto que me has parecido gigante. Tu madurez, saber estar y capacidad de expresar lo que has sentido y estás sintiendo me ha dejado acurrucada en el sofá, mientras te escuchaba, orgullosa de ti, dichosa de tu fortaleza y manera de amar. Te admiro, y créeme si te digo que lo que pensé que iba a ser una conversación cortita y dura ha resultado ser una conversación reconfortante, renovante y revitalizante. Me has permitido acompañarte en este momento tan duro haciéndome partícipe de lo que navega por dentro de ti. Hemos vagado juntos por un espacio que has creado para compartir conmigo. Gracias por dejarme abrazarte en la distancia, por demostrarme una vez más que hay personas que marcan de por vida y tu, como tu abuelo, lo eres. 


Has heredado su estrella, no dejes de alumbrarnos, Carlitos. 

Me gusta la calle

Me gusta la calle. Salir y encontrarme con personas dispares, de distintas edades, procedencias y visiones. Me gusta sentarme a escuchar hablar y expresar aquello que no sabía e interiorizo, aquello que me ocultan en la televisión y que otros canales nos hacen visible.
Llevo tres meses en la calle; antes no la conocía como ahora, no me llevaba bien con ella, prácticamente la utilizaba de enlace entre distintos puntos. A día de hoy puedo decir que me siento parte de ella. Las plazas se han llenado de espíritu y emociones, podría decir que las siento vivas y eso hace que las quiera cuidar y proteger. Me han brindado la oportunidad de sentir escalofríos, calidez,  abrazos, lágrimas y caricias de personas desconocidas, que a partir de sus experiencias, conocimientos o sentimientos me han hecho renacer y llenarme de ansias por la revolución.
Mis miedos han dejado paso a la lucha por mis derechos, a la lealtad a lo poco bueno que queda en esta sociedad y a querer trabajar por un mundo más justo.

Ya no hay lugar para el "luego" hoy es "ahora". No hay lugar para el "yo" es por y para "nosotros" y los que vengan después. Hay mucho por hacer, pero la mecha ya está prendida.


15 de agosto de 2011

Es simple

Es muy fácil. Es tan fácil como desearlo con todas las fuerzas que tengo, incluso con las que ni siquiera sé que tengo. Es cuestión de pensar en ello intensamente y verlo nítido en mi mente, focalizar mis sentimientos hacia esa meta y enviar toda la energía hacia ello. Es tan simple como amarte con todo el corazón y necesitar el contacto físico para llenar el alma también desde la piel, desde tu piel. No es más que cerrar los ojos y buscar la manera idónea de alcanzar el sueño y convertirlo en realidad. Es tan fácil como prometerme que no dejaré que termine el año sin haberme llenado de tu presencia. Es así de básico e incuestionable: TE AMO. 


6 de agosto de 2011

Me haces falta

Me haces falta. No tenía ni idea de lo importante que eras para mí, ni siquiera me había parado a pensar en ti. Supe desde siempre que había lugares peores y por eso quizás quise conformarme con lo que me dabas. Hasta ahora no me paré a verte de frente y me di cuenta de cuán rotas llevas tus ropas y lo golpes que llenan todo tu cuerpo, incluso tu rostro es distinto a cómo lo imaginé. Hace años que nadie te cura las heridas y algunas han quedado mal cerradas y con cicatrices que recuerdan a los resultados de una guerra; contradictorio, pues se supone que contigo siempre va la paz.

Debes sentirte cansada de llenar tantas bocas cuando te nombran y a la vez estar tan vacía. Quiero entenderte y me enternece verte así, tan desvalida, desquerida y descuidada, pero a la vez me pregunto cómo has podido llegar a esta situación. Como dicen "cría cuervos y te sacarán los ojos". Tus cuervos llevan corbata y maletín, coches de alta gama y más ceros en su cuenta bancaria de los que muchos de la gran mayoría de tus hijos juntos, no conseguiríamos. 

Me duele verte así y por eso me tranquiliza ver cómo nace Sol cada día y los rayos alcanzan a toda España y empiezan a abrir paso hasta Bruselas. Los eclipses policiales no nos frenan, se acabó aquella época en que se creía que eran cosa del demonio y anunciaban el fin del mundo, aquí anuncian el fin de una era, el resurgir de la soberanía del pueblo. 

Te queremos, y queremos que vuelvas a sonreír, a ser auténtica, que no tengas que avergonzarte ni sentirte marioneta de tus hijos descarriados. Estamos haciéndote el boca a boca y en cada bocanada luchamos por una causa que te devuelva la fe en ti misma. Sanidad, educación, cultura y vida de calidad para todos. Que teniendo todos nuestra casa podamos luchar por mejorar la sociedad sin tener que preocuparnos de no llegar a fin de mes, o tener que llegar habiendo entregado la casa a un banco. Queremos tener tiempo para sonreír, además de trabajar. Queremos igualdad de derechos y oportunidades. Queremos, en definitiva, todo aquello que realmente deberías representar. Democracia, me haces falta...

Ana Belén