Me gusta la calle. Salir y encontrarme con personas dispares, de distintas edades, procedencias y visiones. Me gusta sentarme a escuchar hablar y expresar aquello que no sabía e interiorizo, aquello que me ocultan en la televisión y que otros canales nos hacen visible.
Llevo tres meses en la calle; antes no la conocía como ahora, no me llevaba bien con ella, prácticamente la utilizaba de enlace entre distintos puntos. A día de hoy puedo decir que me siento parte de ella. Las plazas se han llenado de espíritu y emociones, podría decir que las siento vivas y eso hace que las quiera cuidar y proteger. Me han brindado la oportunidad de sentir escalofríos, calidez, abrazos, lágrimas y caricias de personas desconocidas, que a partir de sus experiencias, conocimientos o sentimientos me han hecho renacer y llenarme de ansias por la revolución.
Mis miedos han dejado paso a la lucha por mis derechos, a la lealtad a lo poco bueno que queda en esta sociedad y a querer trabajar por un mundo más justo.
Ya no hay lugar para el "luego" hoy es "ahora". No hay lugar para el "yo" es por y para "nosotros" y los que vengan después. Hay mucho por hacer, pero la mecha ya está prendida.
Cony! Però quina pancarta més maca! jaja
ResponderEliminarMiralas ellas, ahí to revolucionarias, aunque de cerca parece que os estéis aguantando la risa, jojo
Un saludin!