18 de enero de 2010

El mundo

"Cuando nacemos nadie nos explica cual va a ser nuestro rol en el mundo. Tenemos, normalmente, las necesidades básicas cubiertas, nos introducen en un sistema formal de educación que se supone nos dará las bases académicas y personales suficientes para conseguir "ser alguien en la vida". Nadie, absolutamente nadie nos dice, que ya somos "alguien" en el mundo.

Freud hablaba en sus teorías del "ello" el "yo" y el "superyo". Para él, las personas tenemos un pasado genético que nos condiciona, un presente que sentimos y sufrimos y a parte de eso, personas que nos rodean que anulan y corrompen nuestras propias percepciones. Creo que Freud presintió cada uno de esos días en que siento que el paso que doy me lo están borrando mientras intento dejar la huella. Hoy pensé que Freud no va a dar, al menos en mi vida, más base teórica a mis días.

Desde que era pequeña tuve la sensación de que cada día tenía marcado sus metas y debía cumplirlas. Algunas veces, algunas de ellas, podía dejar de cumplirlas por un par de días puesto que no corría prisa llevarlas a cabo, pero siempre debían tener una fecha de fin, y jamás me quedé sin esas metas pequeñas de la vida. Cuando unas acababan, otras empezaban. Deberes, trabajos, salidas, encuentros,...

Luego vas creciendo, pasas del instituto a la Universidad y empiezas a trabajar. Pierdes a los amigos con los que antes te creías llena y entiendes que si no comprendes que existes como ser independiente e individuo diferente al resto, seguirás respirando porque el cuerpo aprendió por inercia, pero nada más.

Emprendes el camino de la vida sin que nadie te haya dicho realmente lo que esperan de ti. Lo sabes porque
culturalmente te lo han inculcado, no porque consideres que es la mejor opción. Pero ya no hay metas más allá de las que tu te quieras marcar, y ahí empieza la vida de verdad, en el momento en que tienes las riendas de tus acciones y también las de las consecuencias a esas acciones. Ahí es dónde por primera vez en la vida te sientes completamente perdida y empiezas a recordar esa niñez perdida, de metas diarias, y no de metas de por vida.

Pero no es momento de quedarse en la nostalgia, es cuestión de respirar hondo, mirarse al espejo y recordar que no estás sola, que hay más seres como tu perdidos por el mundo y que tienes la opción de demostrarte que aprendiste lo necesario para "ser persona"... ahora lo entiendo... Después de los años comprendo que te conviertes en persona, cuando por tus andanzas, tus experiencias y tu principio de sabiduría, puedes ser modelo a seguir de otra gente perdida.

Ahí, cuando reconoces al otro como ser humano, como "persona", es cuando lo conviertes en ello. Cuando los demás te miran y ven a alguien con cualidades y defectos, naces como persona ante el mundo. Hasta entonces, eras un
puzzle de una parte de una figura incompleto, ahora puedes continuar el proceso, ayudando a otros a completar sus rompecabezas. Dejando que otros te muestren nuevas piezas para seguir creciendo.

Tengo mucha suerte. Mi modelo a seguir me lleva ventaja en la vida, me muestra opciones que consideraba perdidas y me ayuda a sentirme realmente realizada a cada paso.

Más allá del amor, hay admiración y respeto. Más allá del cariño, hay lealtad y de nuevo amor.

Y a día de hoy, no quiero formar parte del "superyo" de nadie. Quiero crear un "ello" mágico para el futuro y un "yo" contigo."

1 comentario:

  1. HOLAGRACIAS
    MUY BUENO LO TUYO.
    WWW.VAGABUNDODELOSSUENOS-GUIRROMA.BLOGSPOT.COM

    ResponderEliminar

Huellas