11 de octubre de 2010

Caricias de alfabeto...

Cuando pienso en ti sabes de sobras que me olvido a mi. Me basta pensar en tu voz, tus palabras y promesas para nacer de nuevo atada a una sonrisa. Qué fácil es ver la vida desde ti y hacia ti y qué complejo vivirla sin poder tocarte y mirarte. Y te prometo que antes de conocerte pensé que era una persona paciente, pero ahora sé que hay una paciencia eterna cuando se trata de sueños, anhelos y esperanza. 
Ahora siento que las revoluciones suben como la espuma, quiero tenerte cerca, tanto que mis poros hagan ventosa con los tuyos y pueda respirar de ti. Y si de deseos se tratara, juntaría el rompecabezas del mundo para poder ir a buscarte andando y no depender de ese mar que nos separa, de esos años de distancia, de esas culturas diferentes ni de esos prejuicios sin alma. 
Sigo cerrando los ojos y viéndote, sigo apretando mi mano y dentro de ella encuentro la tuya, sigo queriendo crecer para ser tan grande como tu... Yo también, cuando sea grande, quiero ser como tu.
Pensarte es mi consuelo, quererte es un tesoro.

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