19 de marzo de 2011

Divago

No sé dónde quedaron las noches que te debo
ni esos besos que he gastado antes de darte.
Podría pedir prestadas ganas para seguir con esto
pero no quiero endeudarme el corazón.


Sabes que te quiero igual que yo
Tienes la suerte de haberme enamorado
y la desgracia de no saber cómo es el amor entre mis manos.
Frágil e intensamente efímero, si no se riegan los poros de la piel.


Anoche, pensando en ti y en ese nosotros difuso
me dolió la cabeza; somaticé la tristeza y me obligué a dormir
y no te encontré en sueños. Desperté tarde y sola
con los mismos miedos y vacíos, sin ti y sin mí, sin un nosotros.


Y me han faltado risas en este último tiempo, 
caricias y abrazos cuando he nadado en la tristeza;
culpa mía, tan autosuficiente y dura
que ahora siento el salvavidas perdiendo aire...


Será que la monotonía quiere robarme tu susurro
por el miedo a emanciparme de su lado.
Quizás me falte valentía y sobren miedos,
puede que no encuentre fecha a tu calor...

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