"Sé y reconozco que a veces soy difícil, obstinada y malhablada, que no atiendo a razones, que escucho a borbotones y no pongo fe en nada. Asumo que los días son momentos y los momentos se esfuman si no los vives lentos. Creo firmemente en mis principios y principalmente huyo de los que no tengo escritos. Amo con descaro y acuarelas pero hay días que mis pinceles se secan. Sueño con mañanas redondos, pero adoro los adornos que tienen forma de cubo, de estrella, de punta y tijera. Arropo con verdades que hieren y escupo caricias que nadie quiere. Confirmo que sé complacer a todos, pero solo a unos pocos conformo. Reelijo a diario mis vicios y siempre acaban siendo los mismos. Confieso que huyo al espejo aunque me encuentro siempre en los reflejos. Tiendo a sonreír a las tristezas y hacer serias las alegrías. Intento reprimirme en mis locuras, pese a ser una locura hacerlo. Añoro los años pasados pero anhelo los que vengan.
Tengo miles de defectos resultados de virtudes mal llevadas. Entiendo que soy mi verdugo y salvadora, mi antagonista querida, mi soga al cuello y mi mejor compañía."
Perfecto, pues, todo perfecto. ¡Muchos son miserables por engañarse a sí mismos!
ResponderEliminarUn beso, Ananita.
"Tengo miles de defectos resultados de virtudes mal llevadas" y es que hay virtudes díficiles de asumir...¡hasta para uno mismo! jeje
ResponderEliminarUn abrazo :)